Las aguas del estrecho del Bósforo que dividen la ciudad y la llenan de vida, son la principal razón de que Estambul sea una de las ciudades más bellas del mundo. El Bósforo es, sin duda, el elemento sobre el que se articula esta inmensa urbe. Sin él, Estambul no tendría sentido. El Bósforo es lo que ha hecho que a lo largo de los siglos, ya fuera Constantinopla o Estambul, la ciudad fuera uno de los paisajes más especiales y embriagadores que un turista puede visitar.
Para aquel que llega a Estambul y solo dispone de unos pocos días, un tour en barco por el Bósforo es una opción muy recomendable para poder disfrutar navegando por las aguas del estrecho y, así, comprender la magnitud de Estambul y poder admirar la belleza de esta ciudad alzada en torno a las aguas de este estrecho que une el Mar Negro y el Mar de Mármara.
Un paseo por el Bósforo permitirá al turista contemplar los palacios que jalonan las orillas del estrecho, los chalés construidos a tan sólo unos metros del agua, los numerosos bosques de la ciudad que crecen y desaparecen entre las colinas; podrá el turista ver de cerca los dos puentes que cruzan el Bósforo y que unen Europa y Asia; disfrutará, en definitiva, de una experiencia única navegando por las aguas de este histórico estrecho.