La Mezquita de Sultanahmet, más conocida como Mezquita Azul es la más grande e impresionante de todas las mezquitas de la ciudad. Se encuentra situada a escasos metros del museo de Santa Sofía, de la que la separa un jardín, y cerca del palacio de Topkapı y del Hipódromo. El hecho de la cercanía del palacio de Topkapı fue decisivo para la elección del lugar donde se encuentra ubicada.
Fue construida en 1617 por orden del sultán Ahmet I que pretendía que convertirla en la primera mezquita del imperio. El diseño fue encargado al arquitecto Mehmet Ağa, discípulo del maestro Mimar Sinan. El sepulcro del propio Ahmet I se encuentra dentro del complejo de la mezquita.
El nombre de Mezquita Azul se debe al tono azul que los azulejos que decoran las cúpulas confieren a la mezquita. Se trata de uno de los templos religiosos más importantes y bellos del mundo.
Además de su color, una característica fundamental y diferenciadora respecto al resto de mezquitas de Turquía, son sus seis minaretes. Aunque hasta hace relativamente poco, ninguna otra mezquita en Turquía podía presumir de poseer tal cantidad de minaretes, desde el año 1998, las mezquitas de Sultanahmet y de Sabanci Merkez en Adana comparten este honor. Cuando la Mezquita Azul fue diseñada, el hecho de que contara con seis minaretes, propició que surgiera cierta polémica, pues se entendió como un intento de rivalizar con la Kaaba, en La Meca.
El edificio, como suele ser habitual en las construcciones de la época, forma parte de un complejo en el que también hay una madraza, un lugar para la venta de artesanía, una fuente y un külliye, centro social y religioso.
El interior de la mezquita está decorado con 21.043 azulejos hechos a mano, provenientes de la ciudad de Iznik, famosa por la calidad de los mismos. La mezquita cuenta con más de 200 ventanas, y originariamente, las numerosas lámparas que la iluminan estaban cubiertas de oro y gemas.
La mezquita ofrece una imagen de armonía debido a las formas suaves de su diseño arquitectónico. Su tono azulado y sus seis minaretes la convierten en uno de los más asombrosos espectáculos que el turista podrá observar en Estambul.