Seis años después de la conquista de Constantinopla, en 1459, el sultán Mehmet II ordenó que se comenzara la construcción del palacio del palacio de Topkapı. Las obras terminaron en 1465, y desde ese momento hasta 1853, el palacio se convirtió en la residencia de los diferentes sultanes y en el centro administrativo del Imperio Otomano. En1 1853, la residencia para los sultanes se trasladó al nuevo palacio de Dolmabahçe por orden del sultán Abdulmecid.
El nombre de Topkapı (puerta de los cañones, en turco) viene por los cañones que hay en una de las entradas. El palacio está situado sobre una colina, hecho que le confiere unas idílicas vistas sobre el Bósforo. En realidad, el palacio, es un complejo formado por diversos edificios que se encuentran unidos a través de cuatro patios.
Topkapı representa la máxima expresión de la arquitectura de estilo secular, y es uno de los palacios musulmanes más importantes del mundo. Como ocurre con Santa Sofía, desde el año 1923, el palacio se transformó en museo y en el se puede contemplar una vastísima colección de más de 65.000 piezas que constituyen los tesoros que el Imperio Otomano acumuló durante siglos. La procedencia del tesoro varía desde las joyas personales de los sultanes, a regalos de otros mandatarios, pasando por herencias o botines de tomados tras las victorias en las guerras. La colección es comparable a la de los Habsburgo de Austria o los zares de Rusia. Además, dentro del recinto del palacio, se encuentra también el Museo arqueológico de Estambul.
El palacio es visitado anualmente por más de millón y medio de turistas, hecho que le convierte en uno de los más visitados de Europa.
HARÉN
Dentro del recinto que forma el palacio de Topkapı es posible visitar el Harén Imperial. El harén era la residencia de la madre del sultán, sus esposas, sus hijas, sus concubinas (cariye) y los esclavos eunucos negros, encargos de custodiar el mismo. Los únicos hombres que podían acceder al harén era el propio sultán y sus hijos. Dentro del recinto, se encontraba también una cárcel en la que eran recluidos los hermanos del sultán, evitando, de ese modo, posibles conspiraciones que atentarán contra el trono.
El recinto del harén está formado por más de 400 habitaciones unidas por angostos pasillos laberínticos cubiertos de azulejos.
Las concubinas, cuyo objetivo era ser las favoritas del sultán y poder darle un hijo y, quizá, convertirse en esposas, eran tomadas como esclavas en guerras, o reclutadas por todo el imperio. Desde muy temprana edad eran llevadas al harén con el fin de que recibieran una instrucción durante su infancia. La última concubina abandonó el harén en el año 1909.