Uno de los grandes atractivos para todo aquel que visita Estambul es, sin duda, la excelente cocina turca. Una riquísima variedad de platos preparados con ingredientes muy variados entre los que predominan las verduras, la carne roja, el yogur y el arroz. La turca es una de las mejores cocinas del mundo, no solo por sus deliciosas recetas, sino también por la gran variedad de las mismas.
Pasear por las calles de Estambul es toda una experiencia para los sentidos, y en muchas ocasiones, requerirá un gran ejercicio de contención para no dejarse llevar por los placeres culinarios que inundan cualquier rincón de la ciudad y por los que el turista se sentirá constantemente tentado.
Comer bien en Estambul es algo al alcance de cualquier bolsillo, se puede comer desde bocadillos, dürüms o sopas por tres liras (menos de dos euros), o reservar mesa en lujosos restaurantes y disfrutar de la auténtica comida tradicional otomana.
La variedad de los platos de la cocina turca es muy grande. Un clásico es el döner: carne de pollo, ternera o cordero que gira alrededor de un brasero y que es cortada en finas lonchas para después servirse en pan o en un plato.
La carne es un elemento indispensable en la cocina turca, es por ello que otro de los platos más típicos de la misma es el kebap, carne cocinada a la brasa, servida en plato junto con arroz, o enrollada en un dürüm. Se podría decir que el kebap es el plato rey de la cocina turca, importancia que tiene en otros muchos lugares ya que también es preparado en otros muchos países como Irán, India o algunos países árabes. Solo en Turquía, hay decenas de variedades del plato, por lo que al turista le costará en muchas ocasiones decidirse, pero sea cual sea la elección, será acertada.
Turquía cuenta con una gran tradición en lo que a pescados se refiere. Normalmente son cocinados a la plancha. Si se encuentra de visita en Estambul, no debería dejar escapar la oportunidad de disfrutar de un rakı balık. Los turcos gustan de reunirse en restaurantes para comer pescado, junto con diferentes platos servidos a modo de tapas y beber rakı, mientras suena música tradicional turca. A medida que avanza la velada, no es de extrañar que la gente termine levantándose de las mesas y bailando al ritmo de la música.
La turca no tiene nada que envidiar de la cocina italiana, pues cuenta con su propia pizza y sus propios raviolis. El pide es una especie de “pizza turca” de forma alargada y que suele estar llevar carne, queso y, en ocasiones, huevo. El mantı, es una pasta con forma de ravioli, generalmente rellena de carne, y que se sirve junto con una salsa de yogur, ajo, guindilla molida y menta.
Otros platos típicos de la cocina turca son la musaca, los pimientos rellenos de arroz y carne, así como toda clase de verduras cocinadas con aceite de oliva.
Tampoco hay que olvidar el imponente desayuno turco. Se trata de una comida abundante compuesta de distintas variedades de queso, tomate, pepino, aceitunas, huevo, mantequilla… También se consumen platos típicos en el desayuno como el menemen, un revuelto de huevo, tomate y pimiento; huevo frito con suyuk (una especie de chorizo de carne de ternera), o pastırma (carne de ternera curada). Una de las delicias que se consumen durante el desayuno es el balkaymak, una especie de nata servida con miel y que se unta en pan.
Uno de los puntos en los que destaca sobremanera la gastronomía turca es en su gran variedad de dulces y pastas. Un alimento que se consume a diario en Turquía es el simit. Se trata de una rosca de pan con sémola que se vende en puestos callejeros en cada esquina de cada ciudad del país. Además, se pueden encontrar diversos tipos de pastas, tanto dulces como saladas en cualquier pastelería.
Dentro de la categoría de los dulces, el baklava merece una mención especial. Estos pequeños hojaldres rellenos de frutos secos y bañados en almíbar representan una de las mayores delicias dentro de toda la gastronomía turca.