En Estambul el clima puede cambiar de un día para otro, incluso dentro del mismo día una tormenta puede desatarse inesperadamente. Esto es debido a la geografía de la ciudad influida por el Bósforo, el Mar Negro y el Mar de Mármara y por las muchas colinas que hay.
Si bien en verano las precipitaciones son más bien escasas, el resto del año las lluvias son abundantes, especialmente durante los meses de otoño e invierno.
Además, la nieve es algo muy habitual durante el invierno. Cuando se producen nevadas, que pueden ser muy copiosas, la ciudad se paraliza durante unos días.