Las Guerras Médicas (499 a.C. – 449 a.C.) fue un conjunto de conflictos bélicos que llevaron a cabo las ciudades-estado griegas contra el Imperio Persa. Las Guerras Médicas suponen solo un episodio de los enfrentamientos que vivieron griegos y persas durante más de dos siglos.
Los conflictos comenzaron cuando Ciro II el Grande, que ambicionaba con tener el control sobre el Mediterráneo, conquistó la ciudad griega de Jonia en el año 547 a.C. A pesar de tratarse de una ciudad de Asia Menor, alejada del centro griego, las demás ciudades-estado griegas decidieron emprender una lucha contra los persas. Es por ello que tuvo lugar la rebelión de la ciudad de Jonia y el emperador persa Dario I, decidió enviar sus tropas hacia la Grecia continental.
Las auténticas razones que motivaron los ataques persas fueron el deseo de conquistar Grecia y terminar así con la democracia, imponiendo el despotismo como modelo de estado.
Las consecuencias de las guerras fueron nefastas, tanto para los persas como para los griegos. Por lado, una debilitada y fragmentada Grecia terminó sucumbiendo a las luchas internas. Tuvo lugar la guerra entre Atenas y Esparta, y tras ella, Grecia fue conquistada por Filipo II, rey macedonio. Por el otro, el Imperio Persa terminó siendo conquistado también por Macedonia, pero esta vez por Alejandro Magno.
Cabe señalar que Bizancio, resistió en un primer momento el asedio macedonio de Filipo II. Se cree que de esta resistencia surgió la leyenda de la media luna, que después fue adoptada por los otomanos. Al resistir los soldados bizantinos un ataque nocturno, la media luna fue adoptada como símbolo de la ciudad.
Bizancio caería en manos macedonias durante el reinado de Alejandro Magno. Y siglos después, pasaría a estar bajo dominio romano.